domingo, 16 de noviembre de 2014

Quimera exótica

Isadora Duncan


QUIMERA EXÓTICA

Para M.A.H.R

Quimera de exóticas formas;
condenado en tus altos cánticos.

Criatura, únete
a mi conjunto
y bebamos al son
de las gaitas;
no te prometo
un amor eterno,
esa idea pertenece
a los cristianos
y a los que se precipitan
por enamorarse.

Te ofrezco hambruna
y poca fortuna,
noches en penumbra
y tres copas de absenta:
sé mujer  y amiga,
sé delicadeza y ruina,
sé cuando te urja una  puta
cual fuerza consumada
con sed saciada
de un madrigal triste…

Solo así, cortesana judía,
ángel enmascarado,
querida jesuita,
podrás entender
que un vago
con alma ardida
no esconde en sus intenciones
un ardid
y que más vale un poema
que se abandona
al paso de la pluma
que una promesa
que al olvido se exclama.

Ángel revestido en escamas
criatura reptiloide,
mentira hecha mujer
tus labios en quietud como marismas
reflejan un alma mundana,
quieta,
inconstante e
inquebrantable.
Me encantas,
eres fácil y eterna.
Naturaleza efímera
no te relaciones
ni te comprometas.

Huye, huye de
lo que te atrapa,
del macho hormonal
que te limita,
del intento fallido de mujer
que te trata de
perra
mientras anhela
el fuego que
te forja…

Huye de quien te corta las alas,
he sabido que le llaman
de varias maneras:
Dinero, contratos,
convenciones, matrimonio,
moral y religión,
ciencia y economía,
todo eso en general
es sociedad,
que es mentira…

Pero huye,
en especial,
de quien reviste
la verdad en la mentira,
la realidad en el Arte,
la muerte en la vida, y
viceversa.

Huye del poeta.

Juan Pedro Pablo

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