domingo, 16 de noviembre de 2014

El azar es temor para el débil


Pintura de Jean-Michel Basquiat

EL AZAR ES TEMOR PARA EL DÉBIL

Tiré
la carta de Póker
junto al shot de ginebra
y ni la suerte
ni el azar
me abrazaron
con su justicia.

La vida tiene ritmos
serenos y precipitados
para los cuales
mi espíritu senil
no tiene urna e ímpetu
que los acompañe;
siento pena,
soy un caballo
cuyas pezuñas las abarca el
moho humedecido
pues
no encuentro jinete,
cual espada blande con seguridad,
que dé marcha a mis
riendas: hay quienes murieron
prisioneros
de sus verdades, sólo
a ellos
les merece la gloria
y la condena de la eternidad.

Observé de nuevo
y el Póker me sonreía,
traía consigo tu recuerdo:
me sentí anestesiado,
tal vez  el caballo
corría en los albores de la copa;
estaba embriagado…
ya no recuerdo. 

Sonreías...
no te bastaba con verme llorar,
solicitabas con un fuego
enardecido por el odio, que nacía en la cuna de tu alma
y se hacía en los vientos de tu boca, 
que bebiera otro trago.

Bebí. 

Juro que ese día
perdí todo
rastro
de humanidad en mí
cuando tus lágrimas
llenaron mi siguiente copa.

Juan Pedro Pablo



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