Ermitaño con un zarrio
Hola, siento como el aire se aleja de mis fosas nasales
mientras poco a poco llega a mí la sensación de ahogamiento, hay un olor
particular que sale de ese viejo madero. Ayer mientras caminaba me encontré un
zarrio y decidí portarlo, nada mejor que verse distinto al formato general de
la sociedad, un vago con sus barbas y su mal olor caminando entre los más
pudientes señores de los palacios de
cristal, os odio con tanta inmensidad que si al primer contacto de vosotros con
la pobreza lo primero que haré es tenderos la mano para ayudaros.
Soy un ermitaño y de ello vivo orgulloso, mi repulsión hacia
el hombre se define en una palabra: misantropía, os detesto cuando en los
parques veo a la señora natura muriendo por vuestra contaminación, me siento
repulsivo cuando cuestiones humanas y no divinas, atormentan mi mente.
Mil preguntas y tan solo una respuesta, es lo que encuentro
generalmente en estos personajes que me rodean, dicha respuesta: no sé.
Un colibrí, que animal tan perfecto, su devenir terminara en
un hermoso arquetipo de la precisión milimétrica de la naturaleza para crear
vida, este no es el caso del humano el cual a afrenta que genera su tecnología para sí mismo no
logra crear, tan solo, logra recrear, esto refiriéndose a la vida.
¿Os frustra la monotonía?, no se preocupen, ustedes mismos
se someten a ella, creen en una vida atareada y piensan en ella como la vida
que es efectiva, pues se equivocan, ¿tienes sueños?, no te atormentes, esta
sociedad te terminara por condicionar al esquema típico de la familia
capitalista, tendrás esposa o esposo, hijos, una casa, tal vez, un carro o una
moto, trabajaras para alguien, te felicito, no!, no! Lo hago si llegas a ser tu
propio jefe pues no solo serás el que esclaviza sino que también terminaras
siendo el esclavo pero del dinero, he aquí cuando comienza tu sometimiento pues
comenzaras a vivir no solo para mantener a tu familia sino también para
mantener a tus bienes, bienvenido a la monotonía, bienvenido al fin de tus
sueños por el comienzo del sueño de un extraño: la sociedad.
Sé que amanecerá y el vulgo –no me refiero solamente a la
gente de nivel sociocultural bajo sino también a aquellos que son de un estrato
alto, empero, sus pensamientos son de alguien falto y sin duda alguna muerto en
cultura- terminara por consumirme entre sus exigencias pues a fin de cuentas un
ser social no puede vivir entre la individualidad, ante esta certeza sé que mi
conciencia muere, arrastrada por sus pasiones y aún más por los deseos y vicios,
vicios que de base buscan la saciedad de algo que sencillamente no conoce la
palabra de esto, aquello es la lujuria.
Ama-Gi
Imagen adquirida de:http://365palabras.blogspot.com/2011/07/zarrio.html