miércoles, 9 de noviembre de 2011

Cadáver exquisito N° I


Idiota el humano que cree que verá morir a los árboles, pues no comprende que son los arboles los que le verán morirá él.

Animal es salvaje. Humano asesina por gusto. En conclusión, ¿qué diferencia hay entre estos dos?, el lobo aúlla a la luna, y el tonto humano se arrodilla ante una escultura de un dios.

El mundo antropocéntrico es como un merengue, vacío y con una cubierta aparentemente dura. Aunque no es dulce, sabe más como a pasta fría, como a un beso muerto.

Ese absurdo mundo en el cual materia se confunde con espíritu, amor con deseo y anhelos con ambiciones, es frió, tan oscuro que hasta los mismos pasos del mesías crucificado han sido de mi mapa borrados.

Los mismos pasos que besamos caminando hacia atrás, en un camino que no seguimos ni nos pertenece; ¿qué es del hombre que necesita seguir las estelas de otro para poder andar? Muere, siempre muere sin enterarse que pudo ser inmortal.

La luna hoy es menguante y ante este suceso mi mente se embriaga en su orgía diaria con la poesía, por suerte mi cuerpo habita en la tierra y mi espíritu en la nada, donde nada es todo y pues el todo es nada, donde sencillamente logro existir desde mi propio concebir.

He decidido hoy fabricar mi propia estela, pues me ha tocado la misión del rayo: descender a la tierra y estremecerla, iluminar la noche de sus habitantes y desaparecer en el aire y el olvido.







Cadáver exquisito realizado por
 Lotus Salcedo. Introspección Acrata
 Sebastián Rodríguez. Insatisfacción Emocional
09.11.11

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